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Prólogo

Samael Aun Weor (1950) - O Matrimônio Perfeito ou a Porta de Entrada à Iniciação - Prólogo

PROLOGO

Inmerecido honor éste que me ha concedido mi muy estimado frater y orientador de multitudes, Aun Weor, sencillo cual ninguno, sin ambiciones terrenales, todo amor por donde quiera que se le toque; el sacrificio es su principal alimento espiritual y su inmenso amor a su Dios Intimo lo destacan dentro de las multitudes como un devoto convencido que desea servir a la humanidad y dar su vida por ella si tuviera la inmensa dicha de llevarlo al sacrificio.

Aun Weor, su nombre oculto significa “Voluntad de Dios” en ciencia oculta. Este nombre pertenece al gran Verbo universal, más allá de la diversidad de los idiomas. Con éste nombre aparece firmando la presente obra y modestamente dice que su nombre actual es apenas un incidente y por ello no le interesa figurar con su nombre de pila.

Nació en Bogotá, Colombia el 6 de Marzo de 1917, hijo de familia aristocrática; fue educado en los claustros del Colegio de San Bartolomé, en Bogotá, dirigido por padres Jesuitas. Su nombre personal jamás lo usa por que dice que solo le interesa su nombre eterno. Vive desvinculado de su familia carnal; rompió con ellos porque no se ajustaban a los dictados de su corazón y desde entonces se dedicó a una vida más bien nómada, humilde hasta lo indecible pero lleno de ternura, posee un corazón que es todo bondad más bien es como un niño. A los 12 años de edad se salió del Colegio Católico porque se desilusionó de la religión y en la búsqueda de la verdad pasó por toda clase de “Itmos”. Se hizo espiritista y dos años después cuando solo contaba 16 años se desilusionó del espiritismo; luego pasó por la teosofía y también de allí salió desilusionado. Siguió con su sed de conocimiento y buscó a los frater rosacruces y también se salió del aula que funcionaba en Bogotá, desilusionado de tantos Itmos y de tantas teorías. Cansado de tantos regaños, cuotas y férulas, optó por estudiarse a sí mismo y en ello no perdió un solo instante de su vida hasta que llegó el día en que pudo decir como Goethe: “Me he reencontrado a mí mismo”. Se dio cuenta cabal que había sido un hierofante egipcio en tiempos de la dinastía del Faraón Kefren y despertó entonces sobre el altar mismo de la Iniciación. Ese es el comienzo de su vida de sacrificio por la humanidad.

Esta obra que él titula «El Matrimonio perfecto» o «La Puerta de entrada a la Iniciación», es para leerla con detenimiento, sin prejuicio alguno, mas bien poniéndose en campo neutral para así tratar de ser más exacto en toda apreciación, experimentando detalle por detalle y convirtiendo el cuerpo en verdadero laboratorio.

La mayoría de los espiritualistas han oído hablar tantas bellezas del despertar de la conciencia y del sendero que conduce a la iniciación; que estas dos condiciones llega a anhelarlas con todas sus fuerzas, pero generalmente el anhelo se convierte en desilusión porque la enseñanza esperada es esfuma como cosa vana, sin embargo, leyendo esta obra se da perfecta cuenta el lector que ese despertar corresponde a ser conciente en el astral, traer el recuerdo de todo lo aprendido y se le enseña en ese bastísimo campo que está fuera de la relación tiempo distancia y que interesándose por las claves que brinda esta obra, señala el sendero que conduce a la Iniciación en forma sencilla y desconcertante.

Va del Génesis al Apocalipsis descuajando simbolismos con palabras sabias y claras; conduce al discípulo ávido de luz hasta la inmensa fuente del saber, para iniciarlo en el sendero de la luz donde quedará convertido en adepto del divino Rabí de Galilea y en posesión del camino que conduce al Padre Eterno por medio del más puro cristianismo.

Realmente se aprende y se comprende únicamente con el maravilloso poder de nuestra propia experiencia, la realidad vivida, el hecho ejecutado por nosotros mismos. Así pues negar lo que desconocemos es pueril e insulso. Así mi caro lector, cuando las dudas te atormenten con respecto a lo que este libro enseña, te invito para que lo evidencies, para que realices en tu propio ser esa experiencia, ejecútala en ti mismo, pero no cometas la insensatez de negar valiéndote de lo que otros te han informado, porque esas no son experiencias tuyas sino ajenas y lo ajeno no nos pertenece; las ideas ajenas son como vestidos hechos para otros cuerpos. Toda enseñanza debe ser evidenciada en el maravilloso campo de nuestra propia experiencia, y así la hacemos nuestra.

Casi todos los prólogos están saturados de loas tanto para el autor como para su obra. Yo no entiendo de alabanzas, ni el que esta obra escribe las tolera, ni tampoco puedo criticar lo que es superior a mi comprensión y a mis realizaciones; por ello dejo enteramente a cada lector para que de acuerdo a su comprensión y sus realizaciones estime o desprecie el conocimiento que esta obra encierra; únicamente me limito a presentar la personalidad de Aun Weor, sin oropeles ni vanidades sino escuetamente como él es: un gran corazón, fervoroso amante de la humanidad. Además rebelde a toda férula, “istmos” e intelectualidades y altanero con los poderosos y magnates.

Esta obra viene a abrir la nueva era Acuaria, la cual comienza exactamente el cuatro de Febrero de 1962 a las dos de la tarde, comenzando con un eclipse de sol y luna, Ese momento será crítico para el planeta Tierra, pero no tendrá consecuencias catastróficas. La tierra le tocará pasar entre grandes masas planetarias dispersas en el espacio.

La publicidad de esta obra fue discutida en la Iglesia Gnóstica y un hermano nuestro que presenció la escena pudo ver y traer el recuerdo exacto. Se trata nada menos que la claridad de esta obra, la forma como ella descorre el velo de los grandes secretos Iniciáticos y el venerable Maestro Kout Humi (K.H.) manifestó que la obra debía ser más velada, pero el venerable Maestro Moria, Maestro de la fuerza asintió sobre la forma como estaba escrita y dijo: “Así es como la necesitan allá”. Muchos entenderán el valor de esta revelación, otros se mofarán pero debe hacerse esta aclaración ya que cuenta con el respaldo de la Gran Logia Blanca.

La primera edición se hizo sin láminas, grabados, en fin, sin adorno alguno, porque la Logia Blanca estaba de gran afán para que se editara ya, y el plazo ordenado apenas si concedió el tiempo indispensable para los arreglos de imprenta.

Así caro lector, esta obra será la base fundamental de la nueva cultura. Trata nada menos que del regreso de la humanidad hacia los mundos internos. Hasta ahora muy pocos son los que siguen el camino del Intimo, de su propio poder interno donde subyacen todos los poderes y todo conocimiento. El hombre se ha entregado mas bien a buscar con sus sentidos externos, a percibir lo que viene del exterior y poner como apoyo o punto de comparación su mucha o poca ignorancia; recurre a su fondo interno o si pudiéramos decir a la bolsa donde guarda sus escasas experiencias y con ella compara, tratando así de buscar la verdad, sin darse cuenta que los sentidos no nos muestran el objeto mismo, sino una imagen de él, como lo vemos a través de un espejo, que no nos muestra el objeto sino una imagen de él, y las cosas que vemos a través de nuestros sentidos externos tienen el mismo colorido de nuestra propia personalidad, porque el hombre ve las cosas según las virtudes o vicios de su corazón. La virtud es de cosecha interna, enaltece al hombre y lo pone en camino de grandes realizaciones; el vicio es halago de los sentidos y el hombre en pleno siglo XX ha dado rienda suelta a sus sentidos, trayéndole como consecuencia el error, la desesperación, hastío y desilusión. ¿Y que ha hecho de la mujer, su eterna compañera? ¿La más bella criatura en campo de la materia? ¿El amor hecho forma? ¿El corazón al alcance de nuestras manos? La ha tomado como sitio de placer; ha prostituido el único medio de elevación hacia las augustas cimas del amor y la comprensión.

El hombre materialista vive confundido y se equivoca sin percibir el daño que provoca su equivocación; de ahí que respete más el vestido de la dama que a la dama misma, porque sabe que el vestido tiene un valor, un costo y representa una erogación más o menos valiosa en el campo de los intereses creados y según su valor así la respeta: pero si la dama se la presentan desnuda, sin vestido alguno, de inmediato se siente con derecho para faltarle el respeto. Apetitoso, pasional, es insignificante ante el poderío inmenso de su Satán que lo subyuga y envilece.

Para terminar este prólogo, nada más aparente que las famosas palabras del mago Jefa en su obra “Poderes” o El libro que diviniza, que son un cántico a la mujer:

“La mujer es el divino arte que no imita, sino explica la divinidad con símbolos.”

“La mujer es la más alta belleza de Dios, el amor la manifiesta, el deseo la mata”.

“La mujer es el pensamiento más hermoso del Absoluto, que debe ser captada por la inteligencia y no vista por los ojos”.

“La mujer es la ley de la belleza y la ley debe ser obedecida y no infringida”.

“La mujer es la religión de la naturaleza cuya moral debe ser sentida y no balbuceada con palabras”.

“Dios es una palabra misteriosa y la mujer es su significado”.

“El hombre como cerebro, cual dinamo, fabrica fuerza, la mujer como corazón produce Amor, la fuerza mata, el Amor resucita”.

“Para volver a Dios en clara senda de paz, salvando la febril contienda, es la mujer el único camino.”

JULIO MEDIN..